Vigo: Xoan Piñeiro (1960-70)
Xoán Piñeiro Nogueira nace en Hio (Pontevedra) en 1920, de origen campesino y marinero fue, durante su niñez, adolescencia y primera juventud, un modesto pastor. Aunque ya era artista y tallaba a punta de navaja las ramas de los robles y castaños, su primeras figuras.
La Diputación Provincial le concede una beca para realizar estudios en la Escuela de San Fernando de Madrid, lo que hace con gran esfuerzo, por haber tenido una formación escolar muy escasa. Se traslada luego a Santander para trabajar en un taller de imaginaría del escultor Capuz, maestro que le da al gallego un excelente oficio de escultor. El primer galardón le llega en la exposición de becados de Escultura, en 1950, después del éxito que obtuvo en el salón de otoño madrileño y otra beca del ayuntamiento de su villa natal.
Reside en Madrid, trabaja, expone y acude a la Bienal Hispanoamericana de Barcelona en 1953. Rompe con la vida madrileña y regresa a Galicia para establecer taller en Goián, villa natal de su mujer, muchas veces modelo del artista y prima del pintor Xavier Pousa, discípulo del maestro Antonio Fernández, con quien el escultor hace amistad inmediatamente.
Empieza a realizar monumetos públicos que lle dan prestigio, como el de Calvo Sotelo en Tuy, al que seguirán el del arzobispo Lago, también en la vieja ciudad medieval, el de Millán Astray en La Coruña y el de los marineros en Vigo. Se frustra su proyecto de homenaje a Martín Códax, por la incomprensión de un alcalde vigués que no entiende la imaginación del artista, que hace arte religioso para las iglesias de San José obrero y los Apóstoles, en Vigo.
Se prodigan sus exposiciones. A la inicial esc ultura realista, con forma amarrada y clásica, le sucede un mundo de formas curvas, con huecos en los que la piedra y eel bronce se combinan. Es un clásico en cualquier mustra colectiva. Alterna su vida entre Vigo y Goyán, a ese afán de volcer al taller, de trabajar, de sentirse a gusto en su medio de creación le costará la vida. Tras asistir a un homenaje íntimo que un grupo de artistas le rendía al escultor gallego Reinaldo, Piñeiro decide, de madrugada, ir Goián a trabajar. Apenas amanece, el domingo 21 de diciembre de 1980, su Land Rover vuelca en el cruce de Porriño hacia Tuy y el artista muere, cuando su madurez nos prometía nueva e importante obra.
Desde entonces, las exposiciones de su escultura, que cuidan su viuda y sus hijas, se repitieron en numerosas ciudades, siempre en calidad de homenaje a un maestro muerto prematuramente.
Mª Cruz Piñeiro Álvarez, hija del artista, continúa con la labor de su padre en su antiguo taller familiar de Goián (Pontevedra). El antiguo taller, hoy en día fundición artística Arte Bronce Fundición, nació para cubrir las necesidades del escultor Xoán Piñeiro desde 1972, simbolizando el mejor homenaje creativo y divulgativo de la figura de este artista gallego.
La obra de Xoán Piñeiro se encuentra en todos los museos de Galicia, en otros de provincias españolas, en África y en colecciones institucionales.
Empezó sus tareas con influencias de la escultura de postguerra, desde Clará a Capuz y desde Macías a Peanes. Tallaba con piedra -mármol, granito- tarea en la que ejerció magisterio cerca de Magín Picallo y otros jóvenes escultores. Recuerda a Victorio Macho en las obras de dobleces acusadas, de grandes aristas y angulosidades. Un día contempla a Henry Moore y a partir de sus curvas, sus huecos, idea un nuevo sentido de volumen, de concepto abstractivo, con espirales, formas de identificación vegetal o relacionables con las fachadas de Gaudí y Jorge Oteiza. La textura invita una contemplación morosa. Parece que domina la mitología precolombina.
Bibliografía: