Vigo: Camilo Nogueira (1960-1970)
El escultor Camilo Nogueira nació en el barrio vigués del Calvario en 1904 manteniendo una relación muy estrecha con la ciudad de Vigo hasta su muerte en 1982.
Alumno de la Escuela de Artes y Oficios (1920-27) donde adquiere la profesión de tallista y carpintero a la que familiarmente parecía predestinado.
En los años 30 se inicia su lanzamiento profesional y artístico tras su estancia en Madrid pensionado por la Diputación de Pontevedra. En 1932 realiza su primera gran obra en granito ("Monumento a los mártires de Sobredo"). En 1934 participa en las reformas del Teatro García Barbón de Vigo bajo las órdenes del arquitecto Palacios.
Casado con Teresa Román, con la que tendrá tres hijos, dispone ya en esta época de taller propio en la ciudad. La guerra civil, las restricciones económicas, provocan la despedida de todo el personal del taller y el comienzo del trabajo en solitario que ya no abandonará.
En los años 40 cambia su lenguaje artístico pero mantiene ascendente su trayectoria. Nogueira estaba dedicado casi en exclusiva a la piedra. En los 50, 60 y 70, Nogueira se consagra como el escultor de Vigo realizando distintas obras con destino al ornamento público de edificios, plazas y jardines de la ciudad.
En paralelo, desde 1946 hasta 1977, es profesor de escultores como: Xoán Piñeiro, Silveiro Rivas, etc... en la Escuela de Artes y Oficios.
En los 70 continúan los encargos, premios e las exposiciones. Por la edad diminuye el ritmo de trabajo pero no la proyección pública y social del escultor. En 1987, por petición de sus vecinos , se le dedica una calle en Vigo.
Madera: primera expresión
El primer material que Camilo Nogueira conoció como escultor fue la madera debido a que nació en una familia muy ligada a la carpintería, a la construcción y a la ebanistería.
La obra "Naturaleza" supone la culminación de los trabajos en madera de Camilo Nogueira y el pleno dominio del oficio de tallista. El propio autor consideraba esta su mejor obra. La historia dice que Nogueira encontró un toro de acacia con raíces e algunas ramas que, aprovechando las propias formaciones leñosas, hizo surgir la figuración. En la base aún se detectan las raíces y las distorsiones de algunas figuras que parecen transmitir las caprichosas formas das ramas.
Piedra. Escultor de Vigo
Vigo experimenta una amplia remodelación urbana desde mediados del siglo XX que se acentúa especialmente en las décadas de los 60 y 70. El Ayuntamiento impulsará en este contexto el engalanamiento de parques, plazas y jardines con escultura pública, sobre todo en las zonas de la Alameda o el Monte del Castro.
Aunque Nogueira había hecho ya algunos trabajos en piedra en los años 30, este material no será casi exclusivo en su producción hasta este momento en que se produce gran demanda de obra para escultura urbana a la intemperie.
La primera serie que Nogueira realiza para la Alameda corresponde a finales de los años 40 y comienzos de los 50. Son básicamente escenas de grupo protagonizadas por niños y animales (Alborada; Tortuga; Caracol; El cisne; Niños debajo del paraguas). Los niños remiten, por sus formas carnosas, a los angelotes del románico y del barroco, pero también claramente a los que hace Laxeiro, tan amigo de Nogueira.
Con motivo de una nueva remodelación de la zona, Nogueira hará para la Alameda otra serie de obras sobre el trabajo y los sacrificios que este conlleva (El Forjador; El Marinero; Ansiedad; y Fartura) que se inauguran en su mayoría en un acto público del 27 de marzo de 1966.
Mucha obra de Nogueira irá destinada en los 60 a embellecer también el Monte del Castro reafirmado como gran parque de la ciudad bajo el mandato del alcalde Portanet. Del grupo (Peixeira; Musas; Cachiño; A roda; Cisnes; Jirafas) sobresale por su alto valor simbólico el grupo “Marineros portando el escudo de Vigo” de 1969.
También la obra de Nogueira engalanó edificios (Estación Marítima, Seguros Aurora) y otros jardines o plazas (Monumentos a Juan XXIII y Don Bosco; Maternidad de Bouzas; Virgen del Carmen en las instalaciones de la ETEA). Algunos de ellos se hicieron entrañablemente populares como los Niños que sostienen el escudo de la ciudad en el mirador del Paseo de Alfonso.
La última obra pública de Nogueira en Vigo es con probabilidad el Monumento al emigrante inaugurado en julio de 1971. Transcurrirán hasta veinte años para que Vigo recupere el interés por la decoración urbana. Y precisamente será uno de sus alumnos, Silveiro Rivas, quien vaya entre otros, a protagonizar la nueva etapa.
Bibliografía: